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Playa del Silencio

La Playa del Silencio está considerada una de las mejores playas de España. Podemos disfrutar del sonido de las olas meciendo  con mimo los pequeños y erosionados cantos rodados, de allí su nombre “silencio”.

Desde la casa “Alojamientos Playa del Silencio” hasta la playa, recomendamos ir andando, primero por la misma pista por la que circulan los vehículos y finalmente descendiendo por unas escaleras hasta la misma orilla del Cantábrico.

Antes de comenzar a descender rumbo a la costa y girar 90 grados a la derecha, hay un mirador a nuestra izquierda que se asoma al Cantábrico. Desde ese punto disfrutaremos de  las mejores vistas de la Playa del Silencio una de las  razones para que nos derritamos ante semejante belleza. Allí, escondida entre los abruptos acantilados del entorno de Cudillero, la playa aparece favorecida en cualquier imagen; es muy complicado estropear su ‘look’ por mucho que no seamos unos ases de la cámara. Desde las escaleras que descienden a pie de playa también se obtienen unas interesantes panorámicas.

El inmenso acantilado de su vertiente oriental, conocido como la punta Nocedal y donde la fuerza del agua ha ido excavando cuevas y pequeños pasadizos, cumple una doble función en el Silencio; por un lado, protegerla del fuerte oleaje del Cantábrico y por otro, dotarla de mayor encanto. Las aguas presentan una hipnótica mezcla de colores turquesa y azul que invitan a llegar cuanto antes y zambullirnos en ellas.

Estamos ante una playa de cantos rodados y con ausencia total de arena. Eso obliga a visitarla con escarpines o cangrejeras (ni tan siquiera chanclas) para no acabar con un tobillo torcido, con dolor en las plantas de los pies o, lo que es peor, por los suelos con una pitera en la cabeza.

Obviamente la playa del Silencio no es para tostarse bajo el sol tumbado sobre la inexistente arena. Los que busquen ese concepto seguro que acabarán un tanto decepcionados. Es una playa para contemplarla y por supuesto, para darse un chapuzón. Aunque sus aguas son frías, nosotros disfrutamos de lo lindo equipados con las gafas y el tubo de esnórquel y acercándonos a la zona rocosa para contemplar el fondo marino y su fauna. Es una gozada.

Otra de la razones del encanto de la playa del Silencio es su carácter salvaje. Algo que por fortuna conservan muchos de los arenales y calas de la costa asturiana; naturaleza pura y sin maquillajes. Por esto motivo, la playa del Silencio no es una visita exclusiva para los meses de verano, cualquier época es buena, si el tiempo lo permite, para asomarnos a uno de los rincones más magnéticos de la costa asturiana.

Ven a descubrir los encantos de La Playa del Silencio!!! Os esperamos!!!


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